(IRIS DE LA NOCHE)

 

A D. Ramón del Valle-Inclán.


Hacia Madrid, una noche,
va el tren por el Guadarrama.
En el cielo, el arco iris
que hacen la luna y el agua.
¡Oh luna de abril, serena,
que empuja las nubes blancas!

  La madre lleva a su niño,
dormido, sobre la falda.
Duerme el niño y, todavía,
ve el campo verde que pasa,
y arbolillos soleados,
y mariposas doradas.

  La madre, ceño sombrío
entre un ayer y un mañana,
ve unas ascuas mortecinas
y una hornilla con arañas.

  Hay un trágico viajero,
que debe ver cosas raras,
y habla solo y, cuando mira,
nos borra con la mirada.

  Yo pienso en campos de nieve
y en pinos de otras montañas.

  Y tú, Señor, por quien todos
vemos y que ves las almas,
dinos si todos, un día,
hemos de verte la cara.

La Pluma, n.º 32, enero 1923, con el título «Iris de luna» y la dedicatoria «Al maestro Valle-Inclán».
Nuevas canciones, Madrid, Mundo Latino, 1924.


Abel Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado
www.abelmartin.com