Cinco años de cama

(1998)

 

Los sucesos del día enturbian la mente,
descomponen el ánimo,
rompen la voluntad. Cuando cae la tarde
ya no soy el mismo hombre
que se levantó de la cama esta mañana.
El día es una metáfora de la vida.
Ningún suicida se da muerte
al amanecer.

 

1,
Cinco años de cama

 

El peso del mundo

No puedo leer un solo libro.
Una sola página.
Un solo párrafo.
Ni una línea.
No puedo escribir,
ni coger el teléfono,
ni encender un cigarrillo,
ni extender las piernas,
ni levantarme
siquiera
de esta silla.
Si me buscara
el pulso
estoy seguro
de que no me lo encontraría.
Realmente no sé
lo que me pasa.
No es asco.
No es hastío.
No es abulia.
No es cansancio.
No es indiferencia.
Son todas esas cosas
y no es ninguna.
Es como si el mundo
se me hubiera
parado
encima.

 

La edad de la obsolescencia

Tenía un 1640 con doble unidad de disco
y pantalla monocromo
pero quedó para el arrastre
después de haberme jodido
un par de meses de trabajo,
disquete chungo
más allá de cualquier esperanza
o posibilidad de recuperación;
tenía un 8086 de monitor verde agresivo
que hizo lo que pudo por dejarme ciego
antes de estallar;
tenía un 286 a 16 megahercios
que chupó humedad como una esponja seca
dio un par de avisos, soltó una especie
de nocivo latigazo de voltaje enfermo
y quedó carbonizado;
así que luego dije, ahora verás,
voy a ponerme al día,
como hay Dios que me voy a poner
al día,
e invertí dos años de letras y suplicios
en un 486 a 66 megahercios,
pantalla de alta definición,
250 megas de disco duro,
tarjeta fax/módem,
DOS, Windows, la Biblia
en verso blanco, y si calculo
el importe aproximado
de toda esta chatarra hasta la fecha
debe de andar más cerca del kilo
que otra cosa,
pero según me dicen
sigo en la prehistoria,
es agobiante,
lo que hay que hacer en estos tiempos
para mantenerse al día,
dos pasos palante
y seis patrás;
Cervantes, es posible,
lo tuvo difícil en su época
pero a veces pienso
que de buena se libró.
(enero de 1996)

 

Glosa a Celaya

La poesía
es un arma
cargada de futuro.

Y el futuro
es del Banco
de Santander.

 

El crítico y la margarita

Tú sí
tú no
tú sí
tú no
tú sí
tú no
tú sí
tú no
tú sí
tú no...
y en cuanto a ti
no sé
mejor será
que espere
a ver
qué dice
la competencia,
no vaya a ser
que a estas alturas
me coma
algún marrón.

 

Tanto monta

Te dirán
que vales
lo que eres
y no lo que tienes.
Y tendrán
razón:
sin dinero
es cuando vales
exactamente
lo que eres:
nada.

 

2,
Perogrullo dixit

 

ES USTÉ LA ÚLTIMA???

pillada en un círculo de pesadilla
y pescadilla que se masca
la cola que no sabe
ni cómo empezó

los niños
la ropa sucia
los platos sin fregar

el maratón diario del carrito
y las viandas

codazos en la cola
por el mejor pedazo y las marujas

que le dicen

SEÑORA
ES USTÉ LA ÚLTIMA???

finalmente

convertida enuna dellas

 

polvo eres

por delante o por atrás hincar la puta
tranca y putavirgen
quééé polVASSSO

hasta amígdala o riñones o tú de espaldas
y ella encima

masajeándose el chichi con tu punta
antes de incrustarla
chapoteante en el boquete o si te grita

VOY A METERTE LA LENGUA POR EL CULO
SERÁ IGUAL QUE DESVIRGARTE HIJODEPUTA TE LO HAN HECHO???

y tú que sí, que sí, que sí, que síííí-gasssss
no te pares hijaputa
mueve el puto culo y TEN CUIDADO

que me estás chafando las pelotas

y os dais la vuelta y tú te pones
encima una vez más y ella debajo
y por el coño entonces y en la boca

–ah cabrón cómo me gusta
chupar tu piruleta–

y luego ya le estampas
la jeta en la pared para embestirla
por detrás hasta partirla
y os desplomáis y sacabao y tú te dices
qué coños pasaquí

y ella dice
            ¿Qué te parece ahora
                            si me follas
                                      en la ducha?

 
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