Pero el viajero que huye

(1991)

 

I

¿Quién asegura que no se muere ahogado?

 

DE PARÍS LAS RATAS
y de Reus el aceite
en el hotel Meurice
–una tarde de abril–
se les ahorcó un cliente

 

EN HORTA LA MUCHACHA ALQUILABA TEJADOS
para ver a su madre desnuda allá en las islas
dama del cuadro
                 ahogada entre los lotos
prerrafaelitas lodos
                      la hija va en tejanos
es de noche y duda
                    su piel de insulto carne
hasta en los ojos borrachos de azabache
mediterránea su voz de ahogada
hija de la reina del vals y la pamela
las palabras flotantes ignoran los sirtakis
la muchacha en tejanos toca la guitarra
canta bajo dos noches
                       entre Palma y Corinto
desde Horta en el Cosmos
                          la vi y no la olvido
de cuando yo iba de luto por la muerte del mundo

 

LA MODERNIDAD ADOSÓ UN SQUASH
al viejo panteón de Trotski
                             su matadero
es ahora un museo esquina Viena
                                 Morelos
Coyoacán México Distrito Federal
de espaldas a la Historia
los jugadores de squash pelean
contra la edad y los excesos
de grasa en la sangre y en los ojos
                                     ajenos
la pelota pájaro loco en su jaula
de paredes crueles no tiene escapatoria
furia de verdugos que pretenden
                                 envejecer con dignidad
la dignidad de Trotski la puso el asesino
borrón y cuenta nueva de un hijo de sierva
contra el señorito hegeliano pintor
de ejércitos rojos por más señas
salta la pelota hasta reventar
entonces el músculo duerme la ambición descansa
los jugadores beben ambrosías de coca-cola
                                            y seven-up
cerca
las cenizas de Trotski y Natalia Sedova
entre arrayanes mirtáceos y flores carnales
de un jardín de aroma insuficiente
se suman en el doble fracaso del amor
                                       y la Historia
los jugadores de squash vuelven a su casa
hacen el amor mienten a sus espejos
la esperanza de un pantalón más estrecho
escaparates del Barrio Rosa
                             unisex y sin edad

 

CHINOS DE CHINA
en Panama Air
               las azafatas
son muñecas mestizas
de orquídea negra y mujer
los chinos roncan cansancios
reconocen la coca-cola y el huevo duro
                                        trabajarán
tierras ocultas en selvas roturadas
o buscarán el oro negro en bosques aterrados
las azafatas se casarán con petroleros
                                        o hacendados
y morirán degolladas por los hijos de estos chinos
en el año dos mil

 

A PESAR DE QUE SUS OJOS
desparraman por el avión propósitos
de un viaje más lejano
                        Kho Samui o el Bósforo
la muchacha bajará en Lima
                            no volveré a verla
ni siquiera la recordaré mañana
cuando peregrine a Corriente tres
                                   cuatro
ocho segundo piso ascensor
en busca de un gato de porcelana
incapaz de maullarle al amor
                              bien mirada
la muchacha tiene sotabarba y ese aspecto
de mujer que sabe que no sabe
                               lo que quiere

 

II

Abandonados a las puertas de las peores galaxias

 

Y SI LA OTRA VIDA FUERA
prolongar la conciencia hasta el instante
en que se pudre la última molécula
posibilidad de memoria y presencia
en el espectáculo obsceno de lo ajeno
aunque el deseo sea recuerdo
                              o viejas sombras
que los ojos aceptaran
                        en su terror de incógnitos
                        si la inmortalidad se pudriera
si se pudriera
bienaventuradas entonces las momias
y desventurados los incinerados
aunque nada se sepa a ciencia cierta
sobre la voluntad de ser de la ceniza

 

HASTA LOS ÁTOMOS
tendrían reivindicaciones nucleares
para que no les desintegren
                             ciegas materias
ciega la nada el infinito ciego
sólo la vida mira y teme
                          porque muere
mira el hurón mira la hormiga
mira la planta y hasta la piedra
que fue montaña y será ruina
                              mira
tiempo tiempo tiempo
                      de ver y no ver
desde el vientre implacable de la nada mezquina

 

SI TE PERDIERAS
entre Júpiter y Urano
te arrancarías los ojos para no ver el miedo
del universo entero pendiente de no verte
                                           pues si te vieran
las estrellas tendrían conciencia de tragedia
tendrían conciencia
                      comprenderían su lógica ciega
inventarían la óptica
                       el poker
                                 la ética
                                           la estética
y el universo entero se iría a hacer puñetas

 

PERO QUÉ INÚTIL CANTO
el que canta a la muerte
qué inútil canto el que previene
a los navegantes
                  más allá del silencio
entre barcos varados
                      en los mares de mármol
donde buscan su rumbo las aves sin suerte

 

PARA QUÉ CONTEMPLAR
el repetido error del olvido
o la inútil precaución del recuerdo
los supervivientes merecen
                            bogar por sus deseos
inciertas naves antiguo tu naufragio
                                      mirón mirón que miras
la obscena repetición del fracaso

 

III

Sin otra vida que el sentir del tiempo

 

ERA NECESARIO LLEGAR A KHO SAMUI
a la derecha un Buda marinero
se sienta en su península
                           islotes diluvianos
el mar construye el verde de la jungla
para mimar el surco del sampán remiso
                                       golfo de Siam
en playa Lamai un falo berroqueño
levanta quehacer de hombres y de piedras
cuerpos son
             cansancio entre dos trópicos
van al torrente para brillar de agua
yace en sus ojos el blanco y la sonrisa
del animal de harturas inocentes
                                  cocos
bananas pollos cerdos negros
                              turistas
con zarcillo en una oreja fugitivos
del invierno en el centro del Imperio
                                       ni siquiera
Visa Dinners Club American Express Carte Blanche
                                                  acaso
mecheros de Penang Yamahas detergentes que lavan amarillo
aquí está el mundo que Conrad navegaba
más allá de su intención de Imperio
inciertas naves para estelas sin regreso
por el placer del mar y la distancia
en la piel el sudor del paraíso
                                 la lluvia en su destino
de arrozal cascada o nube oscura
humano el blanco arroz el pez propicio
mil frutas en los árboles falos
                                 entre las blandas
esquinas de la nube mujer de teca
lejos tan lejos del Bangkok cercano
donde se vacía el Imperio en sus esfínteres
                                             al pairo
por aquí navegó Conrad para escribirse
novelas de aventuras con que entender la vida
desde el Nara Lodge merecería un Goethe
                                         Kho Samui
pues ojos olímpicos precisa el paraíso
                                        aunque su ruina
la anuncie el bulldozer que parcela
la selva para el blanco fugitivo
                                  de un mundo parcelado
lluvia de invierno donde el invierno yerra
inventa nieblas sobre el dorsal crujiente
de islas dragoneras
                     fantasía de jungla irreparable
entre el resol poniente recuento mis ausencias
lejos estáis amores alienantes nostalgias
o distancias cuestionan la violencia
                                      de agradecer el amor
cuestionan las creencias primario es el sentido
del calor y la vida
                     mas yo presiento muerte
de mis seres queridos
                       el final de mi juventud vencida
y el invierno para el deseo del cuerpo ensimismado
decrece la estatura la moral su sentido
                                         lo sabido
hasta ser tamaño del cangrejo blanco
                                      loco
que sale al paso del extranjero alunizado
para esconderse al olor de otra locura
y desde el agua contar fábulas siamesas
paseaba San Agustín por esta playa
cuando a un niño vio llenando de agua
el agujero abierto por un cangrejo blanco
                                           ¿qué haces niño
en tu afanoso acarrear de agua?
                                 vacío el mar
contestóle el pertinaz enano
                              y dijo el santo
necio el afán y el empeño vano
                                mas la jactancia
del jactancioso santo fue contestada
                                      con saber de sabio
igual quimera es tu pregunta huera
sobre el sentido de Dios y el Universo ciego
                                              en Kho Samui
San Agustín ex águila de Hipona
                                 comprendió
que sólo debiera comprender
cuanto sirviera para morir sin miedo
                                      mas no fue tanta
mi suerte no hubo enano
                         y fue en Kho Samui
donde me vi olvidado en el fondo del mundo
sin otra vida que el sentir del tiempo
y el temor creciente de no vivir dos veces
era preciso llegar a Kho Samui
para ignorar preguntas contestadas descubrir
el silencio estancado en el cubil de las palabras
emitir el grito que contesta
                              la soledad moral de las estrellas

 
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