Una mujer anda suelta

(1999)

 

Ecce femina

 

I

«Creo en las galaxias y en los virus,
soy un animal tremendo.»

Carilda Oliver Labra

he aquí a la que tropieza
cada tarde con su escoba bruja
mal colocada entre los muslos prietos
a la que le rondan en los dedos
los anillos de saturno
y en cuya cabeza alunizan todas
las aporías
aquí a la que anda por nadires
como pablo por damasco
y no es jardín de las delicias
ni tiempo de ciruelas
ni fuente de castalia
ni añeja sulamita
ni donna angelicata
ni belle dame sans merci
la que no llegará a ser jamás
oración de amaneceres en medio
de vuestras ruinas ni agarrada
a un sedoso perfil
derrotará penumbras
he aquí sus ojos
de gorgona degollada
su llanto de pocos amigos
sus labios haciendo equilibrios
siempre en las lindes de lo
              innominable
fijaos en esta que allá
por el quinto infierno suele
sacar a pasear al perro
de maldoror
cuidaos de su devastadora
vibración óntica
bajo el signo de la risa y al borde
de un sonrojo menta
amadas y amados míos
cuidaos de ella
porque tiene licencia poética
para mataros a todos

III

«A woman in the shape of a monster
a monster in the shape of a woman»

Adrienne Rich

una mujer anda suelta
se echa a la calle
y derriba la noche
bebe el alquitrán a lengüetazos
indómitos de fiera desamada
zamarrea el asfalto
despedaza enamorados
frecuenta tentaciones
depreda voluntades
animal rabiando en pos de la ternura
una mujer muerde las carnes
por instinto de amor

 

Cantar de mío cardio

 

De militia amoris

«Torre de la niña, y date,
si no, darte he yo combate.»

Cancionero musical de Palacio
(siglos XV-XVI)

batállame
burla del poema la piedra recia
remonta el muro
con el ímpetu gallardo de quien
quiere echar abajo una porfía
cerca la tosca apariencia
llega palabra adentro
búscale cuatro torres al contenido
apúntate al asalto y al asedio
y acométeme en el verso que ahora sigue
domeña cada uno de mis tropos
que no es alegoría todo lo que reluce

 

Nuevas aventuras en los confines
de la Internet

quiero un internauta
de pata de palo que navegue
incansable por los mapas temáticos
de la ciencia moderna un galante
filibustero de la avanzada informática
un anónimo corsario que a eso
de la madrugada fondee la calma chicha
de mi pantalla acuosa
un cálido long
john silver un dulcísimo barbarroja
de singladura electrónica
y calavera exultante alguien
que sepa cumplir de la piratería
amatoria las ordenanzas
espero sus versos de contrabando
para damas remotas e inhóspitas
busco @rrobamiento a larga distancia
decimonónica muero
ruego al interesado please
póngase en conexión

 

Amor tres delicias

mi amigo me invita a cenar
al mandarín risueño
si lo miro atentamente
tiene los ojos un poquitín oblicuos
tal vez en el trecho
que va del rollito imperial
al chop suey de pollo
o quizás en mitad de los litchis
saque a la luz su sabio abolengo
de grullas amarillas confiese
que bebe flor de loto en porcelana
ming que a menudo juega al go
con su sombra chinesca
que se desmenuza la boca recitando
a wang wei o que sabe amasar
pastelitos de mijo las veces
que la luna se torna copa amarga
si lo miro atentamente
tiene los ojos un poquitín oblicuos
puede que de un momento
a otro ilumine mis sentidos
musitando en la velada
que entre algodón y poliéster
guarece un enorme
kylin milenario de fuegos naturales
y ansias devoradoras
ahora mi amigo me acaricia
la rodilla con técnica taoísta
si tenemos un poco de suerte
y el i ching nos da resultado
no cabe duda de que esta noche
su ying mi yang y viceversos
rechinaremos por todo lo bajo
las otras muchas ventajas
de la revolución cultural

 

Mester de mancebía

 

Elogio de la imaginación

que consigas
azuzar las fauces
del olvido contra mí
que logres congestionar
de pura hiel el más vivo
recuerdo de la perra flaca
que te llenó de pulgas
francamente querido
je m’en fous
a mí con imaginarte
hecho un puré de lamentaciones
el dedo mantecoso bien
metidito en el culo
así como quien da de comer
a sus lombrices me basta
para alzarme en ego incorruptible
y salir a mascar chicle
—a dos calles de tu casa— de coito
intelectual con el demonio

 

Desamoríos amoricidios y tristuras varias

 

Sección de jardinería

«Los jardines son para mí un maldito pasillo
lleno de besos y cucarachas»

C. E. de Ory

fontanas turbias que regurgitan
sus horas muertas en pestilentes
efluvios de atardeceres
deformes y mancilladas ruinas
de vieja glorieta alabastra
cuya vereda otoñal se disipa
a las puertas de un mingitorio
ninfas y elfos que se consagran
—jeringas a flor de piel—
a un verso azul y a una canción profana
ebúrneas boñigas de unicornio
soldándose a la suela del zapato
la estatua linda de apolo
violentamente castrada
alguien que vomita un hot dog
con demasiada mostaza
sobre la sombra encallecida
de nuestro sauce llorón
y en un estanque sin luna
aullando a la noche sorda
el último cisne de ámbar
con esquizofrenia insomne
desde que no andamos juntos
desde que no vas conmigo
cómo quieres que los jardines
modernistas no se me vengan
amor abajo?

 

Asunto zanjado

«La culpa es vuestra y el dolor es mío.»

Juan Boscán

una terraza de mesas cojas
sus ojos crepusculares y yo
le comenté cuánto me gustaría
leer en tablillas a la docta
sulpicia tener a mano la pluma
de ganso de santa teresa almidonar
las blancas enaguas de emily
dickinson ser natalia goncharova
en el duelo de pushkin
oír hablar en griego los pájaros
de virginia
quise resultarle
un producto interesante desde
su perspectiva empírica
pero me echó en cara el pathos obsesivo
al que me ha condenado la literatura
nunca más nos volvimos a ver

 

Últimas pertenencias

«y yo por qué parasiempremente ya sintigo»

Jorge Enrique Adoum

pero aún me queda
desnuda de cortinas
lluviosos los cristales
una ventana que da al gólgota
una pata de gallina debajo
del felpudo un tiesto
con petunias ateridas
un gélido fermento
de láudano en las sienes
el hábito de amar
el vicio de perder
y el álgebra imperfecta
del olvido y la memoria
tengo además
para salir muriendo a toda prisa
sin grandes aspavientos
seis cartuchos ansiosos
en el cilindro
algunas moscas elegiacas
cualquier tiempo pasado
el sueño de amor de liszt
y un toque
de aguarrás nocturno
que a contraluz incendie
al filo del vacío las huellas
inconexas de mi nombre

 

Spleen y vapor

hay un vapor de penas rancias
que suelen traer algunas
enmarañadas tardes
con ellas un aleteo candente
de farolillos rojos en no sabes
qué huecos de tus adentros
con ellas la paz reticente
que ocupa el vestíbulo acaba
por ponerte a prueba
y agobia la necesidad
de buscarle un recuerdo exangüe
a aquella travesura
que jamás llevaste a cabo
y urge resolver en qué podrida
llaga vas a dejar al fin
un verso interrumpido para el día
de tu muerte
bajo ese atardecido
lirismo de umbría entornando
               apenas la ventana
jurarías que de lo chic a lo kitsch
hay un paso
que la verdad es un estropicio
que el amor es consuelo de tontos
que platero es pequeño peludo suave
demasiado suave para tan
soterrada violencia
jurarías que un libro de poemas
no es más que un depósito
de cadáveres
en esas tardes
peliagudas de herida noche
parece que hubieras preferido
los atajos de oz a las largas
aceras de baker street
el backgammon y el parchís
a los juegos florales las brasas
de porcia a las manos de pilatos
recién salido del centro
circunspecto de la tierra donde
ya no quedan áncoras mojadas
es un vapor de penas rancias
tú ya sabes
que suelen traer algunas
enmarañadas tardes
con ellas
la espinita dorsal derramada
sobre orfandad porosa
las cenicientas astillas los grillos
mudos la póstuma entraña
hoy además coincide que es jueves
						
y que el hombre del tiempo dice
que en parís
     está cayendo
          como nunca
               un aguacero

 
Copyright © Tina Suárez Rojas

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